R.I.P Whatsapp

Desde que empecé en la construcción de software siempre he soñado con desarrollar sistemas que ayuden a la gente a mejorar – aunque sea un poco – su calidad de vida, en cosas pequeñas y motivado por soliloquios, he intentado crear productos/servicios en beneficio de la comunidad.

Hace aproximadamente 5 años murió mi abuela, debo reconocer que no éramos muy cercanos pero siempre sentí mucho cariño por ella.  Su proceso de muerte fue cosa de algunos días, con todas las intervenciones quirúrgicas que significan extender la vida más allá del límite natural.  Durante este proceso además hubo un episodio que marcó mi vida.

En la mismísima lucha contra la naturaleza los médicos usaron mucha sangre, sangre que por supuesto había que reponer a sabiendas de que si no la reponías, le podrían cortar el suministro al paciente.  Primero fueron 20 donantes, luego fueron 10.  Lo que la gente no sabe – hasta que les toca vivirlo personalmente – es que encontrar donantes no es un proceso fácil; el donante debe presentarse a la hora, bien alimentado, con buena presión, en horario de oficina, debe pesar más de 50kg, y un largo etc.  No es casualidad que Ud. de pronto vea en su twitter “Necesitamos donantes en clínica x favor RT” o algo similar, puesto que quienes pueden donar son un grupo – digámoslo con todas sus letras – como el siguiente: “sanos y sin enfermedades crónicas graves, en forma, sin vicios, con buena presión, sin pega, satisfecho, sin antecedentes penales, homogéneo en su sexualidad y pareja…” y más.  Podrá adivinar que con esas características podemos definir a un grupo específico de individuos, al menos en Chile.

Se me ocurrió hacer un portal para ayudar a la gente que pasa por lo que pasamos nosotros: tocando puertas, llamando por telefono, rastreando, estableciendo contactos, para finalmente, dar con ese pequeño grupo de personas que salvarían desinteresadamente a mi abuela (para ellos, otra persona simplemente). En ese momento nació donantedesangre.cl, lo pensé como a mí me gustaría que fuera, un lugar donde no venden ni usan mis datos personales, sin publicidad, costo cero, sencillo y lo más importante, te ayuda a encontrar a esos generosos extraños.  Fue tan satisfactorio (pese al fracaso de su estado actual) que decidí aplicar estos mismos principios en mercados secuestrados por las malas practicas y lancé mijoyita.cl, basta que lo compare con la competencia y se dará cuenta de que le hablo.

Bueno pero ¿qué tiene que ver toda esta historia con el título?. Traigo esta pequeña historia porque hoy – a mi parecer al menos – muere a manos del mercado un sistema que tenía una gran motivación detrás, me refiero a WhatsApp, esa tremenda aplicación de mensajería para smartphones que hacia bien lo que tenía que hacer, mandar mensajes.  Además era de esos locos lindos, ya que tus mensajes no eran almacenados, procesados y filtrados para taladrarte el cerebro con publicidad, porque existe respeto por el usuario.  Si alguien de uds nunca se tomó el tiempo para leer la motivación detrás de WhatsApp lo invito a leer a continuación el texto “Por que no vendemos publicidad” de sus creadores:

Advertising has us chasing cars and clothes, working jobs we hate so we can buy shit we don’t need.– Tyler Durden, Fight Club

Brian y yo llevamos conjuntamente más de 20 años trabajando en Yahoo!, trabajando para que el sitio funcionara bien.  Estábamos vendiendo anuncios, que era el negocio de Yahoo!. Yahoo! recolectaba datos, apoyaba sitios web y vendía anuncios.

Estuvimos en Yahoo! mientras Google nos superó en ambos tamaño y poder… era un vendedor de anuncios más eficiente y lucrativo.  La gente de Google sabía lo que buscaba, por lo tanto colectaba tus datos con más eficiencia para vender mejores anuncios.

Hoy en día estas compañías saben todo lo que hay de saber acerca de ti, tus amigos, tus intereses, y lo usan todo para vender anuncios.

Tres años atrás cuando empezamos nuestro propio negocio, quisimos crear un servicio que no fuera sólo otro repositorio para anuncios.  Queríamos crear un servicio que la gente quisiera usar porque les ahorraría dinero y mejoraría sus vidas en alguna manera.  Sabíamos que podríamos cobrar gente directamente si lográbamos todo eso.  Sabíamos que podríamos hacer lo que todo el mundo intenta hacer cada día: evitar anuncios.  Nadie quiere ver más anuncios.

Sabemos que la gente pasa el día, del momento que despiertan al momento que acuestan, chateando con sus amigos.  Los anuncios no tienen ninguna importancia cuando simplemente quieres hablar con alguien.

La publicidad no sólo va en contra al estético de una aplicación, sino que es un insulto a tu inteligencia y una interrupción a tus pensamientos.  En cada empresa que vende anuncios, un gran número de los ingenieros pasan sus días ajustando la búsqueda de datos, escribiendo código informático para colectar tus datos personales, actualizando los servidores donde se almacenan los datos, y asegurándose que todo está registrado y recopilado y cortado y empacado y enviado… para que el producto final sea un anuncio que es un poco más personalizado en tu navegador o pantalla móvil.

Tienes que acordarte de que en el negocio de anuncios, tú, el usuario, eres el producto. En WhatsApp, nuestros ingenieros pasan su tiempo corrigiendo errores, añadiendo nuevas funciones y arreglando complejidades para producir un mensajero vibrante, asequible y confiable para todos los teléfonos móviles en el mundo.  Eso es nuestro producto y nuestra pasión.  Tus datos privados ni nos importan.

Cuando gente nos pregunta por qué cobramos para WhatsApp, les respondemos: “¿Has contemplado el alternativo?”

 

Vuela alto WhatsApp, hay algunos que seguiremos intentando.