Esa no es la copa aweonao!

En este preciso momento estoy tomando una prueba a alumnos de ingeniería.  Me pregunto que pensarían ellos si yo me hubiese permitido llegar con 5 “wiskachos” en el cuerpo, mal que mal, no tengo que hacer una clase expositiva hoy, solo vigilarlos. Me pregunto cómo interpretarían el hecho de tener que lidiar con un profesor borracho a estas alturas del semestre, donde todo se está definiendo y los esfuerzos deben ser bien canalizados.

Me pregunto qué pensarían mis colegas de la facultad, que todos los días reman por un hermoso proyecto en común, al ver que uno de sus pares se permite tirar por la borda años de prestigio, planificación, reuniones y tiempo lejos de sus familias.

Me pregunto que pensarían los apoderados de mis alumnos, al saber que el presupuesto que invierten en el futuro de sus hijos es desperdiciado en asistir a la clase de un profesor borracho.

Me pregunto que diría Ud. y la sociedad, si supieran que estoy “bajo los efectos del alcohol” preparando a los profesionales del mañana.

Hace escasas horas Arturo Vidal choco su vehículo conduciendo borracho. En medio de la Copa América y a solo media hora de tener que entrar de nuevo a la concentración con sus compañeros. Ud. dirá que no es lo mismo porque yo soy profesor y el es futbolista, pero el profesionalismo y el compromiso no saben de ocupación.

Ahora hablando en buen chileno y Ud. me disculpará la expresión pero Vidal se paso por la raja a todos sus compañeros que vinieron con el compromiso de dar todo por ganar un título que Chile no ha conseguido nunca. A todo el cuerpo técnico, no sólo de la selección, sino que de la organización del campeonato porque estamos jugando de local. Se paso por la raja a todas las familias de sus compañeros, que han hecho esfuerzos por ver vistiendo la camiseta de la selección a su hermano, hijo, papá, esposo, etc. Se paso por la raja a todos esos hinchas que pagaron cifras exorbitantes por un asiento para ver a Chile jugar de local en uno de los campeonatos de selecciones más importantes del mundo. Se paso por la raja la autocrítica de haber empatado con la selección sub-23 de un país invitado siendo finalista del torneo de clubes más importante del mundo. Vidal no debió estar celebrando, debió estar preparándose para el siguiente partido, porque nadie pago entradas para ver perder miserablemente a la selección con jugadores deshidratados y lesionados por el alcohol. Un jugador así, sin compromiso, no sirve en un equipo, al menos no en uno que busque conseguir cosas importantes. Ni siquiera Messi se permite esas licencias.

Dejando de lado el lío legal que debe enfrentar (sin Ley Emilia por supuesto porque no murió nadie en el país de los reactivos), Vidal debería ser marginado de la Copa, por su falta de compromiso, por su falta de profesionalismo, por su falta de seriedad y por su falta de respeto, con sus compañeros y familiares, con el cuerpo técnico, con los hinchas y con todos los que han trabajado incansablemente por este proyecto. ¿Es tan difícil no beber alcohol hasta que termine el campeonato?, ¿era tan difícil aprovechar ese momento libre para ver tele, compartir con la familia o el sinfín de otras actividades que no requieren trago en la sangre de un deportista de alto rendimiento?.

Compromiso es la palabra que buscamos… compromiso.