Lo políticamente incorrecto

Siempre cuando Chile pierde los ánimos quedan tan caldeados que me parece que son el momento perfecto para hacer catarsis.  Hace unas horas la selección disputó la final de la Copa Confederaciones y la perdió, en buena ley, dentro de la cancha y frente a un gran rival.  Podríamos hablar largo y tendido de lo que paso en el partido, pero parece inevitable hablar de la jugada que lo cambió todo.

Lo siento tanto por Marcelo Díaz, porque es un muy buen jugador, dentro y fuera de la cancha es un gran representante para nuestro país.  Y lo siento porque él sabe lo que nadie le quiere o va a decir, simplemente porque no es lo políticamente correcto.  Él sabe que su error significó la derrota y la copa, por más que le mandes mensajes a traves de twitter, instagram o el blog de deportes de mega, él sabe que si no hubiese cometido ese error la historia podria ser muy distinta.  Lo supo desde el momento en que giró de su enganche y vió a Timo Werner.  Porque no todos somos Marcelo Díaz y donde nosotros vemos un error humano, el verá el peor error en su carrera como profesional.

Y no se logró recuperar, y es obvio que no se iba a lograr recuperar.  Porque Marcelo Díaz no razona como razona la gallada, no le basta con pensar que “hasta a los mas grandes les pasa”, porque es un profesional y esta en la élite dentro de su disciplina, y sabe, al igual que lo sabría Usain, que esto es equivalente a un porrazo al iniciar los 100 mts planos.

Lo que debemos saber es que estos errores en realidad son la regla y no la excepción.  Porque la perfección es algo a lo que se puede aspirar, pero no conseguir.  Y mientras mas alto es el nivel de la competencia, mas difícil será remontar los pequeños errores, y en consecuencia, mientras más estrecha es la distancia de los rivales, mas importancia cobrarán esos errores.

Pero para cagarla en una final, hay que llegar primero.  Para sentir este dolor, primero hay que sentir posible el sueño.  Para que te la quiten saliendo, primero tienes que privilegiar proponer por sobre especular.  Para que estos errores te cuesten un título tienes que estar jugando en el más alto nivel de la competencia.

Así que Marcelo: la cagaste.  Al igual que yo también la cago a veces en mi trabajo y al igual que todos en este país, solo que no se nos nota porque no estamos en el nivel más alto de la competencia, no se nos nota porque no estamos acostumbrados a proponer, no se nos nota porque nos falta tu profesionalismo.